A veces pensamos que es imposible estar sin hacer nada, estamos bajo el control compulsivo de las actividades, pensando que estar sin hacer nada significa perder tiempo innecesariamente, nos hemos acostumbrado a estar siempre activos, tanto físicamente como mentalmente, pasamos de un actividad a otra y olvidamos que sometemos nuestro cuerpo y nuestra mente a un estado de estrés crónico y esto lo transmitimos a nuestros hijos, me doy cuenta con mí misma cuando llega la noche y me acuesto pensando ... que genial invento la cama :) o cuando mi hijo me dice: "mamá, ¿podrías parar un momento?" O cuando mi papá dice que le provoco mareo en tan solo mirarme.
Investigadores de la Universidad de Harvard han demostrado que hay actividades que nos permiten relajarnos, como por ejemplo el yoga o la meditación, que tienen un impacto en la densidad de la amígdala y el hipocampo, y tienen efecto positivo en el estrés y la ansiedad, y en nuestra capacidad de ser coscientes de qué tan mal puede hacernos el estrés. Entonces mi consejo es ... relájate antes de terminar cansado y estresado. Como psicologa, bloguera mamá, esposa, amiga.... en realidad no hay una hora en que mi día comience o termine. Pero, irónicamente, lo que se suponía debia ser mi trabajo como psicóloga se ha convertido tambien en mi terapia... Hornear y cocinar se han convertido en una oportunidad para afrontar mejor el día, vivir más serenamente, descansar la mente. Como dijo Freud: la cura consiste en cocinar 🙂 Entonces mi consejo es ... ¡cocina antes de terminar cansado y estresado! Yo acostumbro mucho preparar pan, hay algo increíblemente relajante en el manejo de las masas, sin mencionar los aromas, el perfume, los sabores. Cada semana probamos uno diferente y esta semana mi hijo eligió un pan con cebolla caramelizada. Algo realmente sencillo. Ingredientes: 1 cebolla 2 cucharadas de aceite 1 cucharada de aceto balsámico 1 cucharadita de azúcar morena 500 g de harina 1 sobre de levadura deshidratada o un cubo fresco 280-300 ml de agua tibia 2 cucharaditas de sal 1 cucharadita de miel Cocinar la cebolla en una sartén con aceite durante unos diez minutos, luego agregar el aceto y el azúcar. Apagar y dejar enfriar. En un bol poner la harina con sal, levadura, agua y miel, amasar ligeramente la masa y agregar la cebolla. Trabajar durante 10-15 minutos hasta obtener una masa elástica y homogénea, cubrir con un paño y dejar reposar 10 minutos. Retomar la masa, divídirla en dos, darle la forma, colocar el pan en la bandeja del horno con papel mantequilla ligeramente enharinado, y dejarla leudar durante aproximadamente una hora. Antes de hornear, hacer algunos cortes en la superficie y hornear en horno precalentado a 220 ° C durante 20 minutos.
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